Nuevamente la vida se encarga de sorprenderme en su caos perfecto y organizado, donde los motivos se mantienen, disfrutando el camino y compartiéndolo, simplemente modificándose, adaptándose a cada paso para que las cosas sucedan exactamente como son, sencillas. Este nuevo Journey resulto ser un nuevo maestro que me llevo a visiones mas claras de la vida, dándome lecciones que me acompañaran el resto de mi recorrido.
“La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino mas bien llegar derrapando de lado, entre una nueve de humo, completamente desgastado y destrozado, y proclamar ¡Uf! ¡Vaya Viajecito! “(Hunter S. Thompson)
Decidir vivir al día disfrutando las situaciones que se generan, adaptándome y sobrellevando cada una de las aventuras de la mejor manera es algo que quiero seguir haciendo. Si bien hay un interés en compartirlo con una pareja, he de dejar que la vida me presente a aquella mujer que me acompañe en el journey.
Este viaje comenzó antes de lo previsto ya que el Velódromo de Asunción se retraso y tenia un par de semanas libres que aproveché para arrancar en Machu Pichu, recortando la subida de Lima hasta Cusco, Me fui en tren a conocer este espacio mágico por los andes y las rutas ancestrales a un lado de un rio. En cusco puedo degustar comida típica Peruana muy rica, tanto en el mercado central como en un par de restaurantes gourmet, un buen comienzo para el paladar.
Al día siguiente me arranqué de cusco hacia el Sur por los Andes a una altura promedio de 3,700 metros sobre el nivel del mar, hacia la frontera con Bolivia recorrí las inmediaciones del Lago Titicaca con sus vistas espectaculares y todas esas grandes montañas con nieve en sus cubres. La gente en los pueblos fue realmente amable y también se podía ver la pobreza que reina en esas zonas, con recursos limitados y comida local básica para el transeúnte. En la montaña encontré una familia cosechando papa y me acerque a platicar con ellos, me dijeron que era la ultima cosecha ya que en el invierno la papa se congela y ya no es comestible, estaban tres generaciones cosechando y haciendo la labor tradicional, toda una experiencia de realidad que nos hace valorar las cosas que tenemos en casa.
El cruce a Bolivia fue un poco mas impactante, ya que la pobreza aumento y había menos pueblos en el camino. Llegando a La paz la zona conurbada con mucho desarrollo básico, así como mucho trafico te hace recordar en anillo que envuelve a la ciudad de Mexico, con lo que la experiencia de manejar en esas condiciones es necesaria para avanzar. Entre a la Paz bajando por una carretera principal que tiene un desnivel de 400 metros para entrar a un cono donde esta ubicada La Paz, que es una de las ciudades mas complicadas que he visto, por la cantidad de gente y las pendientes de todas las calles. Pude recorrer las calles probar un poco de la comida local y conseguir unas llantas de gravel para entrar al Salar de Uyuni, todo en un tiempo record.
Fueron tres días de recorrido de La Paz a Uyuni, por los Andes prácticamente desiertos, de vez en cuando podía ver grupos de llamas que estaban pastoreando y la comida disponible era muy básica, la mayor parte del tiempo pollo o algunos caldos que también podían tener llama. La llegada a Uyuni fue impresionante porque me todo ver a un grupo muy grande de llamas llegando por la tarde a un gran charco de agua corriendo en grandes cantidades, todas con sus pompones en la cabeza.
Pase un día en Uyuni y tome un tour en camioneta que me metió al Salar y puede ver a donde estaría entrando al día siguiente, incluyendo la isla central que se llama Incahuasi, con corales y cactus a la mitad del desierto de Sal, uno de los Salares mas grandes del mundo y a mayor altura, el blanco simplemente es espectacular. Al día siguiente comencé temprano para meterme dentro del 80 km dentro Acampe y pase una de las noches más solitarias, frías e increíbles de mi vida, ya que no tenía a nadie a 50 km a la redonda, solo un mar blanco de sal y las estrellas cubriendo mi sueño, que no fue muy constante ya que la temperatura bajo a -12 grados y tenia que evacuar bastante seguido en una botella de Gatorade y tirar la orina por el cierre de la tienda de campaña sin salir. La salida del Salar no fue tan complicada, pero el siguiente día tuve que recorrer 70 km con viento en contra, zonas de arena, zonas de roca y completamente solo en un terreno que me hizo sufrir como pocas veces lo he hecho en la bici.
Para el día 15 ya estaba en el Desierto de Atacama que fue otro brillante del recorrido, ya que pude hacer un tour de estrellas en la noche y ver la vía láctea, al día siguiente fuimos a varios puntos de interés para admirar la belleza de ese desierto, sus formaciones, sus lagos, la fauna como los flamencos. Como ciudad turística la comida que ofrecen estaba muy buena, mejorando por mucho la oferta de Bolivia, es un lugar que vale la pena regresar y pasar al menos una semana recorriéndolo. Para salir de ahí fue mas complicado ya que tuve que subir una cuesta con mas de 1,200 metros de desnivel en 15 km con viento en contra, a faltaban 200 metros de desnivel cuando no pude avanzar mas y me dieron un aventón a la cubre un buen samaritano y me dejo ahí para seguir pedaleando a Calama con el viento en contra y aunque era bajada no avanzaba, así que fueron varias horas para llegar.
El último día fueron 236 km hasta la costa en Antofagasta con la mayoría del tiempo el viento de cola empujándome y avanzando rápidamente, llegue con el atardecer a Antofagasta y unos policías me recomendaron un hotel a un lado de la estación de policía. Al día siguiente trate de tomar un autobús a Santiago por la mañana pero no me dejaron subirme sin una prueba de Covid, así que me tuve que hacer una de emergencia y conseguí que me dieran resultado ese mismo día, para tomar el ultimo camión para Santiago a las 7:00 pm para viajar toda la noche y llegar a Santiago a las 12:00 del día del siguiente día.
Sudamérica me ha rectificado una idea de lo bendecido que he sido de nacer donde nací, la familia, las situaciones y todas las experiencias que he tenido me han traído hasta aquí con más alegrías que tristezas y con la convicción de que estoy aquí pare dejar el mundo mejor de como lo encontré. Esto simplemente por las oportunidades que tengo y las ganas que tengo de ser un aprendiz/maestro, en continuo aprendizaje de los secretos que la vida me va develando.