Sudeste Asiático 2023

A finales del 2023 decidí hacer un Tour Intimo por el sudeste asiático en 2023, por Laos, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia y Singapur, de unos 6.000 km en 50 días, en el que el objetivo fue acercarme a la comida y a la gente local para aprender cómo es la vida en esta zona del mundo. La experiencia resulto fascinante ya que todos estos países son muy diferentes y ofrecen experiencias completamente diferentes. Todo comenzó en Vientiane el 9 de diciembre donde llegue con una Host de Warm Showers, Ahí pude hacer un poco de turismo y familiarizarme con el tema de que es muy riesgoso acampar en Laos, Vietnam y Camboya por la aun presencia de minas en los campos, así que mi idea de acampar cambio radicalmente a buscar hospedajes a un lado de las carreteras sin meterme a despoblados.

El paso por Laos fue muy complicado ya que solo pude pedalear dos días antes de cocinarme y que el termómetro llegara a marcar 45 grados, por lo que deshidratado y cuidando mi integridad decidí tomar una camioneta para llegar a Luang Prabang, donde quede varado 3 dias ya que mi visa empezaba después, todo estaba muy justo en mis tiempos. La estancia en Luan Prabang me dejo experimentarlo más profundamente, desde el andar de los monjes en la madrugada para recibir ofrendas y alimento de locales y turistas, pasear por sus mercados de día y el de comida de noche, hasta visitar un parque de protección de elefantes y poder bañarlos, que fue una experiencia increíble. También conocí a un Ciclo viajero que me ayudo mucho con contactos y experiencia para todo el viaje, incluido un taller de bicicletas en Singapur a donde mande todo el equipo de campamento que no usaría desde Hanoi, Vietnam. Después de tres días Tome un Autobús directo a Hanoi que tardo casi 24 horas en llegar por montañas y carreteras muy maltratadas, lo bueno es que era un autobús con camas y el cruce de frontera no fue complicado como muchas historias en internet cuentan.

Hanoi realmente es una ciudad increíble, como las grandes ciudades con todo pasando al mismo tiempo, en una gran metrópoli con todo el desarrollo y turismo que se pueda tener, mezclando lo viajo con lo moderno, lo tradicional con lo adaptado y dejándome asombrarme de este hermoso país. Lo primero fue mandar por correo mis cosas de campamento a una bicicletería a Singapur, que tardo como 3 semanas en llegar y todo fue muy sencillo. Fui a una prisión en el centro para entender parte del comunismo radical que paso Vietnam, así como una sección sobre la guerra de Vietnam y todo comenzó a tener un sentido diferente para mí, referente a la realidad que vivieron. Pude ir a disfrutar un Bun Cha increíble que me recomendó un guía de turista, que me hizo explotar los sentidos y el gusto por la comida vietnamita. Las calles llenas de color, de frutas de gente, de motocicletas y todo pasando al mismo tiempo. Al día siguiente Salía las Bahías de Ha Long para ver estas islas y formaciones milenarias que se presentan de forma muy particular en este lugar, la comida de costa estuvo deliciosa y fresca.

El cruce de Vietnam de Norte a sur con casi 2,000 km de distancia fue muy disfrutable, avanzando en 13 días, la comida, los paisajes, la gente y la realidad de vietnam me dejo muy asombrado. Una gastronomía con mucho sabor, mezclas agridulces, picantes, platillos memorables y todo acompañado por una sonrisa de la gente que la ofrecía. Pueblos como Hoi An con sus noches de lámparas en el rio y por supuesto Saigón o Ho chi Min con toda su infraestructura e historia, realmente me dieron otra visión sobre este país, que fue el favorito del Recorrido. Así mismo pude recorrer Saigón con un amigo chef que me llevó toda la tarde en su moto a recorrer lugares tradicionales de comida, donde pude probar varios platillos fuera de la común. El museo de la Guerra de Vietnam de dejo totalmente perplejo, con el corazón roto y la mente mas clara de los abusos y sistemas de guerra que se han usado en el mundo para enriquecer países, tristemente somos como seres humanos una mezcla de amor y pasiones que nos llevan a crear y a destruir al mismo tiempo, mi corazón esta con la gente que aun se esta recuperando de todo el daño de esa guerra. Los Banh mi de Saigón son memorable y un emparedado que te deja con ganas de mas cada que lo comes, así como los Chuc Mung Quan Co Lieng, unos tipos tacos con carne asada al carbón y marinada en papel de arroz con hierbas que fue una delicia, un lugar recomendado por la guía Michelin de calle, que es obligación visitar en esa ciudad.

Camboya fue otra sorpresa donde pude acercarme a gente mucho mas humilde y pobre, pero con una sonrisa inigualable, así como muchas ganas de compartir con la gente que los visita. Phnom Penh como capital es interesante de conocer, así como algunos mercados y zonas de comida, así como el museo nacional y la prisión donde torturaron a miles de personas en la limpia durante el control socialista en 1975 con el régimen Khmer que abusaron de la población y de los intelectuales torturándolos y matándolos durante casi 5 años. Esta sección del viaje se volvió algo muy duro al saber el 6 de diciembre de mi ahijado Alex que estando en Siem reap, cerca de Ankor Wat, me destrozo el corazón e hizo que mi compasión y amor floreciera con mis compadres desde la distancia. Un dolor profundo y tristeza que hoy en día están llenos de amor por todo lo que Alex como un ángel en la tierra nos compartió y enseño siempre con una Sonrisa, hasta siempre me seguirá acompañando en cada pedalada que el me impulsa con su amor.

Seguimos avanzando y llegamos a Tailandia, donde Bangkok nos dio otra experiencia increíble, con una ciudad que puedo comparar con México, sobrepoblada, con todo tipo de oferta gastronómica, edificios y desarrollo considerable, mucha gente, un sinfín de turistas y cada manzana tiene un espacio que explorar y disfrutar. Pude disfrutar de sus templos, del palacio imperial, de sus mercados, de su sopa Tom Yum y otros platillos típicos deliciosos que se me cruzaron. La gente realmente amable y atenta al turismo, mientras que sus calles abarrotadas y muy complicadas para circular, pero habiendo aprendido en la ciudad de México, me sentía como en casa. La comida tailandesa también se volvió parte del disfruté del viaje que cumplió su promesa de ser una de las favoritas de la región, con el corazón un poco apachurrado pero dispuesto a seguir avanzando por ese país mágico y místico. Pase dos días en Bangkok que disfrute de sobre manera, incluido un masaje a cuatro manos que me di en la ciudad para relajarme.

Poco más de 35 días en la región cruce la frontera de Tailandia y Malasia, donde por la tarde un coche casi me atropella y termine chocando contra una reja, la llanta se poncho pero no paso a mayores, gracias a Dios. Todo el camino a Kuala Lumpur estuvo lleno de plantaciones de Palma que utilizan para generar aceite, la comida en los pueblos me costo un poco de trabajo porque la oferta no ere muy atractiva y mucha de la comida estaba muy expuesta con calor, así que tuve que escoger bien que comer para no enfermarme. El contraste fue en Kuala Lumpur donde la ciudad es como cualquier metrópoli del mundo con riqueza, edificios, turismo y una locura ya que estaba muy cerca la navidad. Pude disfrutar de la ciudad, tomarme mi foto en las Torres Petronas como lo había soñado y comer muchos platillos locales interesantes. Puerco, Pato, algunos platillos de otros países, la oferta es increíble y en la ciudad todo estaba fresco, esto se genera por el turismo y concentración de riqueza en la ciudad. Salir de Malasia fue nuevamente entre Campos de Palmas y changos que hay por toda la zona.

35 días después de comenzar a rodar de forma continua en Hanoi, en el norte de Vietnam llegue a Singapur recorriendo 5,200 km, en 5 países, mas aproximadamente 300 km en Laos que me puso a prueba y no logre superar su calor y condiciones de carreteras para avanzar al ritmo deseado. El 23 de diciembre lleve a Scarlett y mis cosas a la bicicletería donde mande todo de Hanoi para dejarla en buenas manos mientras me fui a Bali a un retiro de Silencio para terminar el viaje de forma muy íntima, así como todo comenzó. Singapur me dejo probar mucho de su cultura, su nivel de vida, varios platillos increíbles y la ciudad mas desarrollada del sudeste asiático que disfrute con mucha atención.

Este recorrido fue uno de los más diversos, con gastronomía deliciosa, gente amable y amorosa, retos de climas extremos en temperatura, lluvia y con bastante trafico en las ciudades. Sin duda fue un viaje que abrió aún más mi corazón y mi tristeza con Alex mi ahijado que se adelanto al cielo para seguir siendo el ángel mas amoroso que he conocido. Termine el año en un retiro de silencio en Bali, donde todo el año estuvo lleno de lo mas hermoso que me ha pasado en la vida y de las tristezas mas grandes que he sentido, al perder a mi padre, a mi ahijado y sentir ese amor que te hace estremecer desde la punta de los pies, solo puedo agradecer a Dios por todas las bendiciones y poner mi vida es sus manos para seguir con amor y compasión adelante. MIENTRAS YO SIGO PEDALEANDO.